miércoles, 16 de enero de 2013

DIAGNÓSTICO CONDUCTUAL


El diagnostico conductual, se fundamenta en los dos puntos siguientes:

1. Enfoque conductual hacia el estudio del comportamiento humano.

2. Aplicación en humanos de principios y relaciones funcionales que rigen la conducta de una gran variedad de organismos.

Como características de un diagnostico conductual podemos señalar las siguientes:

1.   Se elabora con base en la observación directa de la conducta: conducta que ocurre, con que dimensiones cuantitativas y ante que estímulos o situaciones ambientales.

2. Su resultado no es una etiqueta, sino un conjunto de cuantificaciones de la conducta y de descripciones de las condiciones en las que se observe esta.

3. Es confiable, ya que dos evaluadores debidamente preparados llegarían a cifras y resultados muy similares.

El diagnostico conductual, más que un medio de clasificar, es una medida de la ejecución de una persona en un momento dado, medida con la cual pueden compararse los cambios producidos por los procedimientos terapéuticos.

Por supuesto, no es posible evaluar totalmente la conducta de una persona; esto es, presentar todas las situaciones estimulo posibles y observar el comportamiento subsiguiente. Forzosamente, el diagnostico conductual, y cualquier tipo de diagnostico, se limita a observar solo ciertos aspectos del comportamiento que se consideran importantes. En otras palabras, solo ciertas situaciones estimulo son presentadas a la persona evaluada. Sobre esto, Kanfer y Saslow (1965) opinan que "el sistema de clasificación más deseable será aquel que, a partir del conocimiento de solo unas cuantas características notorias de una persona, permita hacer predicciones muy precisas sobre muchas conductas primordiales, lo cual incluye las respuestas a tratamientos específicos

Consideramos que la selección de las "características notorias" que se han de observar a fin de predecir las "conductas primordiales", depende de las opiniones de los elaboradores del sistema de diagnostico.

Podemos señalar dos razones de esta afirmación: una lógica y una de hecho.

La primera es que el marco teórico y las ideas que se tengan acerca del comportamiento determinan cuales son las conductas que se consideran primordiales cuya predicción se desea, y en el diagnostico se observan las características productoras de aquellas.

La razón de hecho tiene que ver con la percepción del evaluador, percepción que esta matizada por el marco teórico en el que se mueve. Dos o más personas que sostengan opiniones diferentes ante un mismo episodio conductual, observaran diferentes aspectos del mismo, lo cual basta para que sus aseveraciones de lo visto difieran entre sí.


El diagnostico, ampliamente considerado, es una serie de aseveraciones que el evaluador hace acerca del diagnosticado como resultado de su interacción con él. Para que estas aseveraciones sean confiables, validas y útiles, el evaluador planea y controla las interacciones que tiene. Asimismo, las aseveraciones permitidas se sujetan a ciertas reglas y criterios.

Esta planeación y control de las interacciones y de las aseveraciones factibles es lo que diferencia el diagnostico científico de las aseveraciones, también diagnosticas, que cualquiera puede hacer acerca de, por ejemplo, una persona conocida casualmente o de un compañero de baile.

Kanfer y Saslow (1965) mencionan tres preguntas que el diagnostico debe intentar responder:

1) ¿Cual patrón conductual especifico requiere cambios, ya sea en su frecuencia de ocurrencia, en su intensidad, en su duración, o en las condiciones bajo las cuales ocurre?, (subrayado nuestro).

2) ¿Bajo cuales condiciones fue adquirido este patrón y cuales factores lo mantienen actualmente?

3) ¿Cuales son los mejores medios prácticos para producir los cambios deseados en este individuo?

Del examen de las anteriores preguntas se desprende que el diagnostico siempre tiene por fin la adaptación de la persona que es diagnosticada. No concebimos un diagnostico sin saber para que se hace, o sin que se tenga la intención de lograr algún cambio. Esto quiere decir que el diagnostico no debe ser, para usar una metáfora, solo un termómetro que se introduce en una situación y que simplemente arroja un resultado. Más que eso, el diagnostico implica un juicio sobre qué aspectos de la situación deben cambiar y sobre cómo puede lograrse ese cambio.

En nuestra opinión, el diagnostico siempre incluye un juicio acerca de lo adecuado de los patrones conductuales de una persona ¿Con base en que se hace este juicio? Consideramos que principalmente con base en el valor adaptativo y de sobrevivencia que tienen las conductas; ese valor se estima observando la cultura y el ambiente inmediato en los que el sujeto vive. Una persona que es traída a diagnostico, lo es porque las personas que la rodean juzgan inadecuada su conducta, ya sea porque les resulta aversiva o porque prevén problemas. (Los padres de un buen porcentaje de los niños se quejan de que si sus hijos siguen comportándose así los van a sacar de la escuela, o de cosas similares).

Entonces, una parte primordial del diagnostico debe ser una descripción de las características más importantes del medio en el que la persona ha de continuar viviendo. Con esta base se juzga lo apropiado de las conductas que presenta.
Otra parte importante del diagnostico es la detección de lo que podemos llamar relaciones funcionales viciadas, las cuales impiden la adquisición de conductas mas adaptativas o deseables.

 Independientemente de la forma en que la relación se haya establecido, el impedimento se da porque un estimulo que, de acuerdo con la cultura, debe producir la respuesta deseable, produce otra incompatible; un ejemplo aclarara lo anterior: Tobías es un niño de 9 años, hiperactivo, mudo, sin control de esfínteres y prácticamente carece de lenguaje, ya que, aparte de no hablar, rara vez responde a órdenes o instrucciones verbales. Las pocas veces que responde lo hace en una forma que ilustra perfectamente lo que llamamos relación viciada. Cuando se le dice: "No Tobías, no hagas eso", funciona como un estimulo para que lo siga haciendo y con mayor intensidad o fuerza. Otro de los muchos controles inadecuados que tiene es que la sonrisa de un adulto, que generalmente es signo de aprobación y aceptación, en el funciona como si fuera un permiso para pararse, brincar, correr, golpear, etc., cuando no debería hacerlo. Es fácil comprender que esas dos funciones son por sí mismas suficientes para impedir casi cualquier enseñanza. Idealmente, el diagnostico debe incluir la descripción de esas funciones viciadas, si las hay, pues el primer paso en la rehabilitación es eliminarlas.


Entrada destacada

ANÁLISIS CONTINGENCIAL

El análisis contingencia es un sistema y una metodología para el análisis y modificación del comportamiento. Como sistema permite analiz...