El análisis contingencia es un sistema y una metodología para
el análisis y modificación del comportamiento. Como sistema permite analizar
funcionalmente el comportamiento humano, sea éste valorado como inadecuado o
no, y sus categorías y dimensiones poseen valor investigativo; como metodología
permite también analizar el comportamiento, pero con el propósito de
transformarlo.
Al derivarse de la teoría de campo, así como al romper con
la concepción clínica del comportamiento humano, representa una visión
alternativa en el campo de la tecnología: concibe como sistema explicativo al
análisis funcional, considerándolo como un análisis de interdependencias entre
los elementos que configuran un comportamiento, su objeto de estudio es la
interacción organismo-ambiente como unidad inseparable, su unidad de análisis
se configura a partir del campo de contingencias establecido por la conducta de
un individuo en relación con la conducta de otros.
Como lenguaje común entre el terreno básico y el aplicado
surge sin emplear procedimientos de extrapolación y contempla los aspectos valorativos
como parte fundamental de las relaciones humanas, dando lugar a la creación de
categorías particulares pertinentes a su estudio.
Tiene cuatro dimensiones diseñadas para analizar la conducta
individual y para cada una existen conceptos que corresponden a las categorías
analíticas del modelo interconductual.
Las cuatro dimensiones que constituyen este sistema son:
Sistema microcontingencial y se refiere al conjunto de
relaciones que se establecen entre un individuo y otras, personas, delimitada
situacionalmente. Partiendo del comportamiento de un individuo, este sistema
permite llevar a cabo un análisis funcional de su conducta considerando las
relaciones que establece con otros individuos en circunstancias delimitadas.
Por decirlo de otra manera, en el sistema microcontingencial se identifica la
relación que se va a analizar o transformar.
Por ejemplo, si una señora solicita ayuda porque su hijo
adolescente se va todos los fines de semana a fiestas y otros lugares de
diversión, y llega siempre en la madrugada, en estado alcohólico, y no obedece
a nadie, el sistema microcontingencial estará delimitado por la interacción
familiar, y a partir de ahí se identifican otras personas y circunstancias
significativas. Este sistema se compone de cuatro elementos que son los que
permiten definir y analizar el campo de contingencias pertinente a la conducta
de un sujeto. El Sistema Microcontingencial es el punto de partida para el
análisis del comportamiento
La Segunda dimensión se denomina Sistema Macroconíingencial
y se refiere al contexto valorativo que regula las relaciones que se dan en un
nivel microcontingencial. Los valores se estudian con categorías psicológicas
permitiendo entender en lo concreto y singular al comportamiento individual en
relación con las prácticas del grupo que le dan contexto. Para ello se parte de
la consideración de procesos de comportamiento que son exclusivamente humanos y
que permiten entender el desligamiento funcional con respecto a las
circunstancias aquí y ahora, característico de las relaciones, así como las
prácticas de los grupos sociales con los que tiene relación un individuo. Los
procesos sustitutivos del comportamiento, así como la concepción de lo moral
como una dimensión de las propias prácticas de los individuos, dieron lugar a
la elaboración del Sistema Macrocontingencial como categoría correspondiente a
un campo aplicado en donde se contemplan los aspectos valorativos del
comportamiento.
Tercera dimensión. Está constituida por los factores
disposicionaies que son, aquellos que condicionan probabilísticamente una
interacción particular, ya sea haciéndola más probable o interfiriendo con
ella. Los factores disposicionaies no refieren actos u ocurrencias, sino a
probabilidad o posibilidad de que, dadas ciertas circunstancias, éstos se presenten.
Ejemplo: cuando se dice que el vidrio es frágil no se habla
de que esté roto, sino de la alta probabilidad de que, dadas ciertas
circunstancias, se rompa. Igualmente, cuando decimos que alguien sabe inglés,
no lo decimos porque en ese momento lo esté hablando, sino porque llegado el
caso, puede traducir un texto o conversar con alguien en ese idioma.
Los factores disposicionales permiten entender un conjunto
de factores que erróneamente se han abordado de manera dualista. Factores tales
como la capacidad, los hábitos, los motivos, los gustos o estados de ánimo.
Tales factores no pertenecen a la categoría de variables, no puede predicarse
de ellos observabilidad o inobservabilidad; como tampoco una ubicación espacio-temporal
(no son internos o externos), simplemente porque no designan ocurrencias.
Tampoco, y es importante aclararlo, equivalen a respuestas específicas, sino a colecciones
de ocurrencias, esto es, si se dice, por ejemplo, que alguien es un médico muy
capaz o competente, no se habla de una respuesta específica, sino de un
conjunto de posibles respuestas: diagnostica con acierto, receta los
tratamientos apropiados, es un cirujano experto, les dedica el tiempo suficiente
a sus pacientes; estas ocurrencias o respuestas que se van dando en el tiempo,
son justamente las que permiten hacer enunciados disposicionales. Si hemos
escuchado a alguien conversar en inglés, si nos ha traducido un texto, si ha
servido como intérprete entre algún anglosajón y alguien de habla hispana en el
pasado, decimos que sabe inglés.
Justamente, la historia de cada individuo representa un conjunto
de disposiciones. Cuando una persona se relaciona con otra en el presente, se
comporta “con todo y su historia”, con su carga de información, capacidades, tendencias
y gustos, que dado el caso, posibilitan o probabilizan maneras particulares de
comportarse en circunstancias determinadas.
Los factores disposicionaies en el Análisis Contingencial se
conciben como categorías específicas a evaluar en el comportamiento individual.
Esta dimensión está presente en el análisis de diversos factores participantes
en, el campo de contingencias de estudio. Pueden estar constituidos por el
propio individuo, por el ambiente o por ambos. Así, los factores disposicionaies
se evalúan en el sistema microcontingencial y en la génesis del problema.
En el sistema microcontingencial, tienen un lugar conceptual
en el rubro de situaciones y en el de comportamiento de otras personas. En la
génesis del problema, obviamente, en tanto la historia no es una ocurrencia, se
analizan solamente factores disposicionales. Así, por ejemplo, en el sistema
microcontingencial, el lugar en el que se presenta un comportamiento, su condición
biológica al momento de interactuar o sus capacidades en el ejercicio de una
conducta particular, se analizan como factores disposicionaies en el rubro de
situaciones.
Cuarta y última dimensión. Se refiere a las funciones del
comportamiento de las personas significativas en la interacción de estudio. Se plantean
diversas formas de organización de la conducta en una jerarquía evolutiva e inclusiva
que va de los modos de comportamiento más simples a los más complejos y
exclusivamente humanos. A un nivel aplicado, dado que la conducta es siempre
una relación entre individuos, las personas cobran una importancia especial. Su
estudio se lleva a cabo considerando la función que la conducta de cada una de
ellas representa en la interacción con el usuario. Se estudia la forma y el
nivel en que se da la mediación de dicha interacción en relación con la
conducta de alguna o algunas personas específicas. Se pretende así, entender el
tipo de proceso psicológico que se establece en una interacción determinada, lo
cual permite una mejor comprensión de la misma.
El Análisis Contingencial como sistema las cuatro
dimensiones descritas, así como las categorías específicas de los sistemas
microcontingenciales y macrocontmgenciales, permiten generar investigaciones
con fines tecnológicos en los diversos campos de aplicación. Como metodología
para el análisis y cambio del comportamiento humano individual, el Análisis
Contingencial, a través de estas cuatro dimensiones permite entender el
comportamiento de cada individuo como algo único, así como estructurar
programas de intervención que se desprenden de un análisis exhaustivo, tanto de
las interacciones valoradas como problema, como de las posibles soluciones para
ello.
El Análisis Contingencial consta de cinco pasos cuando se
emplea como metodología. Los tres primeros se dirigen a la identificación y
definición de la conducta problema por el usuario, lo cual se convierte en el
punto central, y los dos últimos se enfocan en el cambio. Las cuatro
dimensiones descritas se contemplan a lo largo de la aplicación de la metodología
con conceptos y categorías específicas. Los pasos para su aplicación son:
Identificación de las relaciones microcontingenciales.
Evaluación del sistema macrocontingencial.
Génesis del comportamiento.
Análisis de soluciones.
Selección, diseño, aplicación y evaluación de los
procedimientos de intervención.
La aplicación de estos pasos lleva a la estructuración de un
programa de cambio absolutamente singular, que se diseña junto con el usuario.
Resumen de:
Rodríguez, M. L. (2002). Análisis Contingencial. México:
UNAM