* La conducta verbal puede ser controlada por reglas o
controlada por contingencias. Cuando las reglas que especifican las respuestas
apropiadas son moldeadas (gobernadas por contingencias), resultan más efectivas
que las reglas que meramente describen las contingencias relevantes. Moldear lo
que la gente dice acerca de lo que hace parece ser una forma más efectiva de
cambiar su conducta que, incluso, si se moldea la conducta directamente y,
desde luego, que si se dan las instrucciones para que se haga.
El moldeamiento de la conducta verbal es una potente
técnica de cambio de la conducta y proporciona gran apoyo a los objetivos de
las terapias psicológicas. Si los eventos verbales se relacionan funcionalmente
con eventos conductuales y clínicamente importantes en los ambientes actuales y
previos de una persona, se concluye que el conocimiento de las relaciones de equivalencia
podría ayudar al terapeuta y al cliente a predecir e influir sobre resultados
comportamentales importantes. Resumiendo lo anterior en dos argumentos:
primero, en las situaciones clínicas es más fácil moldear lo que dice el cliente
que lo que hace. Segundo, la conducta verbal del cliente (dichas las cosas en
sus propias palabras) moldeada por el terapeuta, puede corresponderse mejor con
el comportamiento a que se refiere el sujeto que la conducta instruida o
informada desde el terapeuta.
Este planteamiento respecto a la conducta verbal
es el que siguen todas las terapias desarrolladas en el marco del enfoque
contextual; éstas conciben el proceso terapéutico como un proceso dialéctico,
en el que la marcha del mismo es una función de las contingencias habidas en cada
momento en un marco de actuación abierto que permite que ciertas formas de
comportamiento del cliente queden seleccionadas por las contingencias generadas
por el terapeuta. Por ello, el objetivo es determinar el contexto en el que
ciertos eventos privados están asociados con respuestas manifiestas para luego
cambiar ese contexto, ya sea a través del manejo directo de las contingencias
que mantienen la clase operante, o bien sea por medio de diferentes estrategias
(fórmulas verbales, sobre todo metáforas) que colocan la relación antigua en un
nuevo marco o contexto verbal que, si realmente es distinto, debe alterar la
función de relación previa entre los comportamientos.
* Monica María Novoa Gómez, M.A., (2004).