Se registra la conducta cada vez que ocurre. En este caso se
le da al sujeto la “oportunidad” de que responda, presentando un estímulo ante el
cual debe actuar; el estímulo puede ser una serie de instrucciones o la simple
respuesta de un modelo. En cada caso se precisa el tiempo máximo que puede
transcurrir entre el estímulo del instructor y la respuesta del sujeto
(latencia), y se definen las categorías a registrar delimitando la forma en que
debe actuar el sujeto para que su respuesta se anote como correcta.
Usos y limitaciones. Es un registro sencillo y apropiado
para medir respuestas claramente definidas ante condiciones específicas. La
conducta a registrar debe ser relativamente corta.
Este registro tiene la desventaja de que no toma en cuenta
las aproximaciones a la respuesta correcta, sino dos instancias, correcta o
incorrecta.
Tampoco tiene en cuenta la duración de la conducta. Sólo se puede
registrar una sola categoría de un sujeto en una determinada situación.
Modelo
del protocolo para registrar, parte 1, y para graficar parte 2, al usar un
registro tipo B; ocurrencia por oportunidad.
(Galindo, etal., 1980)