Si su hijo presenta conductas problema y acude a un psicólogo de orientación conductual, probablemente iniciará un proceso de evaluación en el que combinará procedimientos “tradicionales” (entrevistas, escalas, cuestionarios, tests o pruebas psicológicas), cuyo objetivo es establecer un marco general de funcionamiento del niño y/o buscar un primer diagnóstico.
Y, a continuación, pondrá en funcionamiento un proceso de “evaluación conductual” con el que buscará una doble función: determinar los factores que han iniciado y/o mantienen las conductas problema y actuar sobre ellos.
Este proceso de evaluación conductual es de carácter profesional, y en cierto modo se asemeja a la aplicación de un diseño científico-experimental exclusivamente para estudiar la conducta de su hijo. De forma resumida el proceso incluirá estas fases:
1. Se identificarán las conductas que integran
el “problema” y las variables que lo están controlando.
2. Se establecerán objetivos terapéuticos.
3. Se obtendrá información relevante para la selección de procedimientos de intervención.
4. Se valorarán los resultados obtenidos.
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