Actualmente, no existe una cura para la demencia y los tratamientos para los síntomas de la demencia se han guiado en gran medida por el modelo médico, que hace hincapié en las intervenciones farmacológicas.
Sin embargo, este modelo ha sido objeto de un mayor escrutinio debido a los posibles efectos secundarios de los medicamentos, como confusión, delirio y un mayor riesgo de morbilidad y mortalidad.
Una alternativa al modelo médico es la que se basa en la aplicación de los principios del análisis de la conducta. La investigación del comportamiento ha demostrado que los factores ambientales influyen en la frecuencia y la intensidad de los síntomas de demencia.
Un
enfoque analítico del comportamiento se enfoca en la identificación de
contingencias que ayuden en la planificación del cuidado individualizado y que
disminuyan los comportamientos excesivos en adultos mayores con demencia.
(Buchanan, Husfeldt, Berg y Houlihan, 2008; Houlihan y Buchanan, 2011).
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